Ponemos cara al VIH en este segundo PRIDE POSITIVO para seguir escribiendo la historia del camino al cero estigma, un camino de más de 40 años, acompañadas del movimiento comunitario de respuesta al VIH y para seguir conquistando nuestro derecho a vivir y morir libres de discriminación.
Ponemos cara al VIH como acto de visibilidad conjunto, reivindicando un liderazgo político y compromiso económico que garantice la existencia y la sostenibilidad de la respuesta a la infección por VIH.
Ponemos cara al VIH para romper con la desinformación, los prejuicios, los estereotipos y la falta de sensibilidad con la realidad que vivimos en España unas 150.000 personas.
Ponemos cara al VIH porque a pesar de que uno de cada trescientos españoles/as vivimos con VIH, un 63% de la población manifiesta que no conoce a ninguna persona con VIH y tan solo un 5,6% manifiesta que mantienen una relación con alguna persona con el VIH.
Ponemos cara al VIH, por todas las personas que viven sin apoyo social, desde la soledad, el miedo, el dolor y con la carga del estigma como una losa que aplasta sus vidas.
Ponemos cara al VIH porque desde el comienzo de la pandemia demasiadas personas hemos estado y seguimos estando en una situación de aislamiento y soledad no deseada, marcada por el rechazo social y la discriminación.
Porque queremos romper el estigma que no solo nos afecta a nosotras, también a nuestras familias y nuestro entorno social. Estamos cansadas de ocultar que vivimos con VIH y que se nos juzgue por ello.
Estamos cansadas de etiquetas.
Ponemos cara al VIH para denunciar que es intolerable que se sigan produciendo situaciones de discriminación en la atención sanitaria. Es aquí donde en circunstancias de mayor vulnerabilidad y procesos agudos, las personas con VIH sufrimos con crueldad el peso del estigma.
Ponemos cara al VIH , porque queremos visibilizar el envejecimiento prematuro de muchas de nosotras, personas de largo recorrido.
No solo queremos envejecer, queremos hacerlo con dignidad. Geriatras formados en VIH, diagnóstico y cribados de otras comorbilidades que aceleran nuestro envejecimiento. Un modelo efectivo que aborde la cronicidad y que ponga el foco en patologías que, en muchos casos, son prevenibles o, al menos, manejables si se criban y tratan a tiempo.
Ponemos cara al VIH porque necesitamos la implicación de todas y todos para que no se produzca un retroceso en la respuesta local, autonómica, nacional e internacional frente al VIH y al sida.
Porque de lo que no se habla no existe.
Ponemos cara al VIH, para romper con las barreras que hacen que existan personas no diagnosticadas y una epidemia oculta. Por el diagnóstico precoz del VIH y el acceso al tratamiento, que son junto a la información las mejores herramientas para preservar la salud de las personas y prevenir la transmisión, ya que Indetectable es igual a Intransmisible.
Para romper con la coartada que nos culpabiliza y la ignorancia que perpetúa el estigma.
Ponemos cara al VIH para dejar de sentirnos juzgadas por nuestros comportamientos o estilos de vida, orientación del deseo o identidad sexual. Para poder ser, amar y ser amadas liberadas del peso de la ocultación.
Ponemos cara al VIH, porque la ocultación tiene un efecto negativo en nuestra salud mental, nos aísla, nos hace vulnerables, nos entristece y nos deprime.
Queremos una atención adecuada a las secuelas que el miedo al rechazo, el estigma y la discriminación y que se trate nuestra salud mental.
El sida social nos excluye y deteriora nuestras vidas, muchas veces más que el propio virus.
Ponemos cara al VIH, porque no queremos más violencia hacia nosotras. No por parte de nuestras parejas utilizando el VIH como un reproche. No queremos más culpa, rechazo, ni vergüenza. El VIH no va a ser nunca más, una excusa para justificar la violencia de nuestras parejas.
Ponemos cara al VIH para romper con las violencias que nos atraviesan, por ser mujeres cis, por ser mujeres trans, por ser migrantes, racializadas, usuarias de drogas, por ser madres, por no querer serlo, por decidirlo.
Para que el VIH deje de ser también una excusa para ejercer violencia sobre nosotras y para que esta violencia no nos haga más vulnerables a adquirir VIH.
Ponemos cara al VIH porque todavía en nuestro país muchas personas somos víctimas de actos discriminatorios en nuestro entorno laboral, violación de derechos, cambios de tareas, despidos y falta de oportunidades.
El entorno laboral no puede continuar siendo un entorno hostil para las personas que vivimos con VIH. Todavía existen personas que no quieren trabajar con nosotras, que no nos quieren cerca y perpetúan un miedo infundado a la trasmisión.
No queremos más miedo al despido. Y que la jubilación no nos llegue el mismo día de nuestra incineración.
Ponemos cara al VIH, por las personas que no pueden hacerlo, por las más vulnerables, por las personas migrantes que además de todas las barreras administrativas se enfrentan a la incertidumbre y el miedo al rechazo, agravado por su situación frente al VIH.
Para que tengan acceso al tratamiento, se garantice el derecho universal de la salud. independientemente de la comunidad autónoma en que residen.
Ponemos cara al VIH para enfrentar los discursos e ideologías machistas, homofóbicas, transfóbicas y xenófobas para construir una sociedad igualitaria y que celebre la diversidad, porque ya no nos conformamos con la aceptación.
Ponemos cara al VIH para pedir acceso a terapia Pre-exposición en todo el estado y evitar nuevas infecciones. Tenemos las herramientas y queremos los recursos.
Exigimos los recursos ya.
Ponemos cara al VIH para solicitar recursos, también, para el desarrollo del PACTO SOCIAL POR LA NO DISCRIMINACIÓN Y LA IGUALDAD DE TRATO ASOCIADA AL VIH y afianzar los logros obtenidos y seguir avanzando en el cero estigma.
Ponemos cara al VIH, por los que no están y por los que han sufrido. Por las que ya no estarán pero con las que hicimos camino.
Ponemos cara al VIH para gritar a las personas que viven con VIH, NO ESTAIS SOLAS, ESTAMOS JUNTAS, estamos VIHVAS, para renovar nuestro compromiso en la reivindicación y defensa de derechos.
Hasta que no sea necesaria nuestra visibilidad para ver reconocidos nuestros derechos.
Ponemos cara al VIH porque ya no existen excusas para la discriminación JUNTAS Y VIHVAS.