Los beneficios son mayores tras alcanzar la indetectabilidad viral tanto en personas que solo tienen el VIH como en aquellas coinfectadas por hepatitis víricas.
El inicio de la terapia antirretroviral se asocia con una mejora de la función hepática en hombres con el VIH independientemente de si están coinfectados por una hepatitis vírica. Esta es la principal conclusión a la que llega un equipo de investigadores de EE UU en un artículo publicado en la versión digital de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.
A las personas participantes en el Estudio Multicéntrico de Cohorte del Sida (MACS, en sus siglas en inglés) se les realizó un seguimiento de la función hepática empleando el índice APRI (un marcado no invasivo que relaciona el nivel de aspartato aminotransferasa [AST] con el de plaquetas) antes y después de iniciar el tratamiento antirretroviral. Se observó que la función hepática se redujo de forma significativa tanto en los hombres monoinfectados como en los coinfectados por una hepatitis vírica en el periodo previo al inicio de la terapia frente al VIH. Sin embargo, el comienzo del tratamiento antirretroviral se relacionó con una mejora en el índice APRI, que estuvo relacionado con la carga viral. Los efectos beneficiosos de la terapia antirretroviral se desvanecieron después de dos años en el caso de los hombres monoinfectados, posiblemente debido a la toxicidad asociada al uso de fármacos antirretrovirales más antiguos.
De acuerdo con los investigadores, sus hallazgos demuestran que la terapia antirretroviral eficaz se relaciona con una mejora de la función hepática en hombres con el VIH, con o sin hepatitis víricas. Los hombres con carga viral indetectable de VIH presentaron los descensos más acusados en el índice APRI y se vio que ese efecto se reducía de forma progresiva en los pacientes con carga viral detectable, lo que refuerza la hipótesis de que los efectos beneficiosos sobre el hígado de la terapia antirretroviral se deben a la supresión de la replicación del VIH.
La enfermedad hepática es una causa importante de morbimortalidad en personas con el VIH coinfectadas por el virus de la hepatitis B (VHB) y/o hepatitis C (VHC). También se han observado descensos en la función hepática en hombres que solo tienen el VIH. Se ha propuesto la hipótesis de que la supresión inmunitaria es la causa de la disfunción hepática en el contexto de la infección por VIH sin tratar. El uso de antirretrovirales puede mejorar la salud del hígado, sin embargo algunos de estos medicamentos pueden provocar toxicidad hepática.
Para entender mejor los efectos de la terapia antirretroviral sobre la función hepática, los investigadores de MACS diseñaron un estudio prospectivo en el que participaron hombres con el VIH con o sin coinfección por una hepatitis vírica. Se midió el valor de APRI antes y después del inicio del tratamiento.
La población del estudio estuvo compuesta por 494 hombres, de los cuales 53 estaban coinfectados: 24 por hepatitis C, 27 por hepatitis B y 2 por hepatitis B y C de forma simultánea.
Se midió la función hepática en dos momentos antes de iniciar la terapia (4 años y 1 año antes) y, posteriormente, a los 2 y 5 años desde el inicio del tratamiento antirretroviral.
Más de las tres cuartas partes de los pacientes (79%) habían iniciado el tratamiento antes del año 2001 y una amplia mayoría de ellos (87%) tomaron en aquel entonces medicamentos antirretrovirales conocidos por su toxicidad, como didanosina (Videx®) y estavudina (Zerit®). El análisis realizado antes de iniciar el tratamiento reveló que los pacientes tanto monoinfectados por el VIH como los coinfectados por el VIH y hepatitis vírica experimentaron aumento significativos en el índice APRI (de 0,49 a 0,55, p<0,01; y de 1,26 a 1,62, p=0,02, respectivamente). Sin embargo, transcurridos los dos primeros años tomando tratamiento antirretroviral, se observó un descenso en la media del índice APRI tanto en los pacientes monoinfectados por el VIH (de 0,55 a 0,53; p=0,01) como en los coinfectados (de 1,62 a 1,31; p= 0,07).
Tras ajustar los resultados por factores tales como la edad, el origen étnico y el recuento de células CD4, los investigadores hallaron que los hombres monoinfectados experimentaron un aumento de un 17% en el índice APRI antes de empezar a tomar el tratamiento antirretroviral. Los cambios observados en la función hepática dos años después del inicio de la terapia frente al VIH estuvieron relacionados con el nivel de carga viral. En este sentido, el índice APRI descendió un 16% en pacientes que mantenían su carga viral indetectable y un 2% en aquellos cuya carga viral se mantenía entre las 500 y las 75.000 copias/mL; y aumentó un 47% en aquellos hombres cuya carga viral se situó por encima de las 75.000 copias/mL. Los análisis realizados a los 5 años tras el inicio del tratamiento reveló un aumento general en el índice APRI, aunque dicho índice no llegó alcanzar el nivel previo al inicio del tratamiento antirretroviral.
Entre los pacientes coinfectados por el VIH y hepatitis víricas, el análisis multivariable mostró un aumento medio de un 34% en el índice APRI antes de iniciar el tratamiento antirretroviral. De manera similar a lo observado en pacientes que solo tenían el VIH, los cambios en la función hepática dos años después del inicio de la terapia frente al VIH estuvieron relacionados con el nivel de carga viral: los pacientes coinfectados que tuvieron carga viral del VIH indetectable experimentaron un descenso de un 22% en el índice APRI y los que mantuvieron su carga viral viral entre 500 y 75.000 copias/mL tuvieron una disminución de un 13%. Hubo muy pocos pacientes coinfectados con niveles muy altos de carga viral como para poder analizar de manera rigurosa el impacto del tratamiento sobre la función hepática.
A diferencia de los pacientes monoinfectados por el VIH, el índice APRI continuó descendiendo en los pacientes coinfectados que mantenían la carga viral del VIH indetectable (p=0,03) durante los cinco años de seguimiento tras el inicio del tratamiento (descenso mediando de un 8%).
La exposición acumulativa a los análogos de nucleósido más antiguos y tóxicos se asoció con un índice APRI más elevado tras el inicio del tratamiento. Teniendo en cuenta este aspecto, los investigadores llegaron a la conclusión de que la función hepática cinco años después del inicio de la terapia frente al VIH en pacientes monoinfectados con carga viral indetectable fue significativamente mejor que la observada antes del inicio del tratamiento antirretroviral.
En sus conclusiones los investigadores señalan: “El índice APRI [la función hepática] mejora con la inhibición de la replicación del VIH tanto en pacientes monoinfectados como en los coinfectados por hepatitis víricas dos años después del inicio del tratamiento antirretroviral”, y añaden: “Esta mejora es mayor en los pacientes que consiguen mantener la carga viral del VIH indetectable”. Con todo, subrayan la importancia de seguir investigando sobre este aspecto con el fin de dilucidar los mecanismos que subyacen a esta mejora y para analizar si los beneficios observados persisten a largo plazo con el uso de la nuevas combinaciones de medicamentos frente al VIH.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Price JC et al. Highly active antiretroviral therapy mitigates liver disease in HIV infection. J Acquir Immune Defic Syndr, online edition. DOI: 10.1097/QAI.0000000000000981, 2016.