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Los recortes en las políticas de respuesta al VIH de E.E.U.U. y su interrupción de la colaboración con ONUSIDA ponen en riesgo a cientos de miles de personas en todo el mundo
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Cesida reclama un compromiso firme a nivel mundial para la prevención y tratamiento del VIH.
[05-03-2025] En enero de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó medidas drásticas en el ámbito de la salud global, incluyendo la salida de EE. UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la paralización de las acciones de USAID en la lucha contra el VIH y el sida en numerosos países. USAID fue creada en 1961 y gestionaba aproximadamente el 60% de la ayuda exterior estadounidense, con 10.000 personas trabajando en más de 130 países. Peter Marocco dijo en una carta a ONUSIDA que se ponía fin a su financiación «por conveniencia del Gobierno estadounidense». La medida se tomó «por adecuación a las prioridades de la agencia y al interés nacional», dijo.
Antes de la congelación de los fondos, el gobierno estadounidense era responsable de dos tercios de toda la financiación internacional para la prevención del VIH en países de renta baja y media. Gran parte de ella procedía del Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida (PEPFAR), fundado en 2003. Se estima que PEPFAR ha salvado más de 26 millones de vidas en las últimas dos décadas.
Los países con mayor dependencia de Washington para la lucha contra el VIH/sida se encuentran entre las zonas más desfavorecidas del planeta. Entre ellos se encuentran la República Democrática del Congo, Costa de Marfil y Haití. Un estudio encargado por la Fundación Desmond Tutu contra el VIH calcula que hasta 500.000 personas podrían morir en Sudáfrica en la próxima década como resultado de los recortes en la financiación estadounidense. Otro medio millón de nuevas infecciones podrían registrarse como consecuencia de la cancelación de las subvenciones de USAID a los servicios sanitarios sudafricanos.
Hace escasos días, un grupo de personas pertenecientes a diferentes movimientos sociales y organizaciones realizaron una protesta pacífica en el Capitolio de Estados Unidos reclamando la paralización del desmantelamiento del PEPFAR, acabando con la detención de varias de estas personas por parte de la policía. Estos ejemplos evidencian la creciente incertidumbre en la respuesta global al VIH, exacerbada por recortes de financiación y el desmantelamiento de políticas públicas vitales, así como el impedimento de la respuesta social y la manifestación ante tales acontecimientos.
Paralelamente, en Argentina, el presidente Javier Milei ha anunciado la salida del país de la OMS, alineándose con las decisiones de EE. UU. En enero, se conoció el despido del 40% del personal de la Dirección de VIH y del 30% de la Dirección de Vacunas del Ministerio de Salud, lo que compromete aún más la respuesta al VIH en la región. Programas esenciales, como el de detección de la tuberculosis, una enfermedad definitoria del sida, se ven amenazados, dejando a muchas personas en riesgo.
Act Up, uno de los movimientos sociales pioneros en la respuesta a la crisis del VIH y el sida en el siglo XX, utilizó como lema la frase “Silencio=Muerte”. Ese lema está cobrando una importancia fundamental en nuestros tiempos, ya que el silencio de la comunidad internacional ante tales medidas provocará la muerte de miles de personas. De nuevo, el silencio alrededor del VIH puede ser mortal, y esta vez no solo para aquellas personas que tienen la infección, sino para las poblaciones en situación de vulnerabilidad y que no puedan acceder al cuidado de su salud.
El 1 de diciembre de 2024, en el Ministerio de Sanidad, desde Cesida pusimos en valor nuestro mensaje “Las vidas de las personas con el VIH importan”, recalcando que la vulneración de los derechos humanos impacta de manera significa en las personas con el VIH o en aquellas en riesgo de adquirir la infección. ONUSIDA tituló su informe de 2024 “Sigamos el camino de los derechos”, defendiendo que la respuesta mundial al VIH y al sida será efectiva cuando se respeten y garanticen los derechos humanos de todas las personas.
Desde Cesida instamos a los gobiernos y a la comunidad internacional a condenar estas acciones y a mostrar compromiso y solidaridad con la respuesta al VIH y al sida a nivel mundial y, especialmente, con los países y comunidades afectadas por estas políticas de odio y retroceso. La salud y la dignidad de millones de personas dependen de nuestra capacidad colectiva para resistir y defender un futuro libre de discriminación y estigmas, hechos imprescindibles para alcanzar la deseada y posible meta de tener una generación sin VIH.
Sobre Cesida (Coordinadora estatal de VIH y sida)
Cesida es la Coordinadora Estatal de VIH y sida, la entidad más representativa del movimiento ciudadano de VIH y sida en España. Con presencia en las 17 comunidades autónomas, está formada por 79 entidades que representan a más de 120 organizaciones en todo el país. Desde su fundación en 2002, Cesida trabaja para prevenir nuevas infecciones, apoyar a las personas afectadas y combatir el estigma asociado al VIH, consolidándose como la organización de referencia en este ámbito.