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Por: Jonatan Díaz Fuentes y Manuel Reiriz Rojas

Un reciente estudio revela que, entre otros factores, aquellos usuarios que tienen una alta homofobia interiorizada, tienen mayor probabilidad de realizar un uso problemático del chemsex.

Además, las personas VIH positivas tienen cuatro veces más probabilidades de terminar practicando chemsex problemático.

El término “Chemsex” se ha arraigado profundamente en la cultura LGTBIQA+, especialmente entre los GBHSH (Gays, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres), así, las “chill”, “sesiones” y otras formas de nombrar esta práctica, se han convertido en parte de nuestro léxico cotidiano. El chemsex, que implica el consumo de drogas con fines sexuales, ha generado una nueva forma de crítica y estigma hacia la comunidad LGTBIQA+, ya que es una práctica muy poco frecuente en personas heterosexuales.

Originado en el Reino Unido, el término “Chemsex” es un acrónimo de “chemicals” (productos químicos, en inglés) y “Sex” (sexo), y se caracteriza por el uso de drogas durante encuentros sexuales prolongados, que pueden durar horas, o incluso varios días, y que son, a menudo, realizados en grupo, aunque también pueden ser individuales o en pareja. Aclarar que no toda práctica sexual que se realice bajo el efecto de las drogas puede considerarse chemsex. En este sentido, las sustancias más utilizadas durante esta práctica son GHB, Ketamina, Mefedrona o Tusi siendo muy frecuente el policonsumo. El chemsex se ha convertido en un problema de salud pública que, hasta la fecha, ha recibido escasa atención y abordaje, aunque su impacto es tal que, recientemente, se ha registrado en el congreso de los diputados una iniciativa para enfrentar la “problemática” que presenta esta práctica. Sin duda, y por desgracia, el consumo de drogas no es algo nuevo, pero lo que sí sorprende es la creciente asociación entre el consumo de drogas y el sexo.

Pero, ¿por qué el chemsex está generando cada vez más problemas específicamente dentro de la población GBHSH? ¿Por qué hay usuarios que acuden a centros comunitarios refiriendo tener un problema de adicción al chemsex cuando lo han practicado en pocas ocasiones? Estas y algunas otras preguntas, son las que se están intentando resolver desde la comunidad científica y el movimiento asociativo.

Un estudio reciente realizado por la Universidad de Antonio de Nebrija, junto a Adhara Asociación VIH/SIDA y Apoyo Positivo, publicado en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology, aborda los factores asociados con el uso problemático del “Chemsex”. El estudio destaca que, pese a los indudables avances sociales, el estigma y la discriminación hacia la población LGTBIQA+ persisten en la actualidad, lo que afecta negativamente la salud mental de la comunidad, traduciéndose, por ejemplo, en mayores nieveles de ansiedad o depresión respecto a la población general. Las estrategias de afrontamiento ante estas situaciones no son siempre adaptativas, como ocurre en el caso del chemsex.

El estudio, que incluyó más 400 encuestas de las cuales se seleccionaron 284 que cumplían los criterios de inclusión, reveló que el 54,6% de los participantes estaban involucrados en chemsex y un 18,7% utilizaban drogas por vía intravenosa (Slam).

La investigación revela que, aquellos usuarios que tienen una alta homofobia interiorizada, tienen mayor probabilidad de participar en “chemsex”. Además, ser VIH positivo aumenta en casi cuatro veces el riesgo de participar en estas sesiones. Esto se debe, posiblemente, a la eliminación de barreras sociales y personales que se produce bajo la influencia de las drogas consumidas en esta práctica. La eliminación de estas barreras tiene un poder muy adictivo, ya que permite vivir tu sexualidad libre de tus propios miedos y juicios negativos. Otros factores que predecían el chemsex problemático fueron relaciones sexuales sin protección (a mayor número mayor riesgo), la edad (a mayor edad mayor riesgo) y la bajos niveles de consciencia (como factor de personalidad).

El estudio también examinó el “Slamming”, el consumo de drogas por vía intravenosa, que se asoció con peor satisfacción sexual y en general con la vida, mayor ansiedad, así como de homofobia interiorizada, elevados niveles de neuroticismo y niveles más bajos de conciencia, señalando problemas significativos de salud mental en usuarios de slamming. Esta forma de consumo es mucho más adictiva y peligrosa ya que la droga llega de una forma más fácil y rápida al sistema nervioso, donde ejerce su efecto.

Estos hallazgos resaltan la importancia de abordar la salud mental en la prevención de comportamientos sexuales de riesgo. Integrar consideraciones sobre la salud mental en las intervenciones dirigidas a la comunidad GBHSH puede ser fundamental para promover relaciones sexuales más seguras y una mejor calidad de vida en general. Este estudio subraya que es crucial implementar políticas y programas inclusivos que aborden tanto las necesidades físicas y emocionales de esta comunidad vulnerable.

Recursos para personas usuarias de chemsex

Si estás considerando dejar el Chemsex o conoces a alguien que podría necesitar ayuda para dejar esta práctica, no dudes en comunicarte con nosotros. Puedes ponerte en contacto llamando al 954 981 603 o escribiendo a nuestro equipo de psicólogos especializados a través del correo electrónico psicologia@adharasevilla.org. Estamos aquí para ofrecerte el apoyo necesario en este proceso.

Puedes leer el estudio completo en el siguiente ENLACE.

Bibliografía:

Rodríguez-Expósito B, Rieker JA, Uceda S, Beltrán-Velasco AI, Echeverry-Alzate V, Gómez-Ortega M, Positivo A, Reiriz M. Psychological characteristics associated with chemsex among men who have sex with men: Internalized homophobia, conscientiousness and serostatus as predictive factors. Int J Clin Health Psychol. 2024 Apr-Jun;24(2):100465. doi: 10.1016/j.ijchp.2024.100465. Epub 2024 May 2. PMID: 38737628; PMCID: PMC11088328.